L’aura (Es)

Author: Ana Simar.

Mi amiga Laura murió el 15 de enero de este año.

Ella vivía en Lüneburg, Alemania. Yo no fui a visitarla a ese lugar mientras estuvo en vida. Hoy recorro el camino que nos separaba físicamente para ir a despedirla.

Es el viaje más triste que he hecho.

Ella venía a verme a mí casa en Bélgica de vez en cuando. Le gustaba meditar en el centro Vipasana que hay acá. Entonces cuando iba a meditar me visitaba para charlar y compartir juntas.

La última vez que vino me dejo cómo regalo un libro llamado “Que el privilegio no te nuble la empatía” (Ita Maria, 2020). Creo que yo tenía que esperar el momento adecuado para por fin leerlo. Ese momento es hoy, 3 de febrero del 2024, día en el que voy a donde ella vivía para estar cerca de su amada familia: esposo e hijo.

Con Laura hablábamos de muchas cosas profundas para nosotras. De respirar, de acoger nuestras emociones, de sentir y de amar, de vivir la vida cómo queremos, de enfocarnos en el proceso y no en los resultados, de cómo construir un mundo más sensible y amoroso. Por eso el tema de le empatía fue algo muy recurrente en nuestros diálogos y proyectos. Entre otras cosas, creo que para ella siempre estuvo claro que trabajando la auto empatía podemos encontrar la paz.

Laura y yo nos conocimos en la universidad en el 2006, las dos estudiamos diseño industrial. Nos encontramos en un curso de administración, algo gracioso teniendo en cuenta que las dos buscábamos la creatividad y la esencia humana dentro del diseño. Qué lugar fue este para encontrarnos. El clic fue inmediato y desde ahí nuestros caminos se entrecruzaron y crecimos haciéndonos compañía, en ires y venires, en Colombia, en Europa.

A Laura le debo mucho, aunque ella me hubiera dicho que no le debo nada, porque así era ella, una persona llena de amor desinteresado. Corrijo entonces, a Laura le agradezco mucho.

Mi vida cómo migrante o mejor dicho, cómo belga repatriada de manera tardía no fue muy alegre los primeros años. Supongo que es algo que nos pasa a todos o al menos a muchos migrantes. A nivel profesional, el tiempo de búsqueda interna, adaptación y turbulencia fue muy largo. Hubo mucho sufrimiento, principalmente por la brecha entre mis expectativas y mí realidad. Después entendí, en gran parte durante nuestras discusiones con Laura, que mi frustración respecto al mundo laboral, tendría mucho que ver con la manera en que desde la escuela, desde la política, desde la economía e inclusive desde el diseño, proyectamos los sistemas vitales.

Fue la frustración laboral la que me encaminó al mundo del emprendimiento y a la creación de Happytivity en el 2014.

En el año 2016 cuando Happytivity comenzó a tomar forma. Con Laura compartí mis intenciones y visión sobre un mundo donde podemos crear con alegría y en armonía colaborativa. Laura fue la primera persona receptiva al concepto de Happytivity y desde ahí me acompañó con más que entusiasmo. Ella reprodujo el primer intento metodológico de Happytivity en Colonia, donde ella vivía en esa época. Ella creyó en mí desde el principio, ella fue mí confidente y mí apoyo en los momentos más duros cuando todo parecía una nube gris sobre mí.

Y así transcurrieron algunos años, discutiendo, animándonos mutuamente, aprendiendo la una de la otra, nutriendo nuestros sueños.

Bélgica, 2016
Facebook

Alemania, 2017
Happytivity.party

En el 2020 Laura inicio un doctorado de ciencias de la sostenibilidad, por eso llegó a Lüneburg, desde donde escribo estas líneas hoy. Entonces conoció sobre un proyecto de máscaras sanitarias creadas bajo los principios del Cradle to Cradle, la Viva mask. A ella le surgió la idea de replicar el proyecto en Colombia, pero agregando la dimensión social cómo eje de estructurante. La intención sería de integrar a maestros artesanos de Colombia en el proceso de co-creación del textil, para favorecer el desarrollo económico en diferentes regiones del país, al mismo tiempo que se contribuiría al cuidado del entorno natural cultivando bajo principios de la permacultura y con filosofía regenerativa.

Laura creo un grupo de trabajo en el cual, ella, Gustavo Rodríguez y yo uniríamos fuerzas para abordar el proyecto desde tres ejes : salud, medio ambiente y desarrollo comunitario, así nació Chiritos.

La idea era diseñar textiles saludables a partir de fibras vegetales autóctonas en Colombia. Gracias a la inmensa biodiversidad del país podríamos explorar en diferentes territorios, una variedad de fibras y procedimientos artesanales con una metodología de co-creación.

Por esa época yo había retomado conversaciones con uno de mis profesores de la universidad, en un intento por acercarme de nuevo con el mundo del diseño y por recordar las motivaciones y el gusto que me dieron mis años en la universidad. Con Laura y Fernando Álvarez empezamos a discutir y a crear un grupo de trabajo interdisciplinar del diseño (industrial, textil), nos encontramos con Angela Dotor, Diego Granados, Dora Murcia, Andrea Herrera y Juan Manuel España. Les propusimos invitar a los estudiantes a unirse a la reflexión.

Laura y yo tuvimos la oportunidad de compartir nuestras perspectivas actuales sobre el diseño con varios cursos y un grupo de investigación de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. En el menú: la empatía, la visión sistémica de la vida, Cradle to Cradle, la dimensión afectiva en las interacciones socioambientales, la creatividad y la innovación colaborativa. ¡Nos divertimos mucho!

Con Laura fuimos muy críticas respecto al universo académico del diseño y el diseño mismo. Discutíamos de cómo desde el afán y el ego de la academia se perpetuaban comportamientos poco respetuosos de las dinámicas biológicas de los seres humanos y por supuesto todo organismo viviente. Soñábamos con transformar el mundo con nuestro granito de arena.

Algunos de los puntos que ella desarrollaba a través de su práctica profesional y sistema de vida eran el autoconocimiento, el auto-respeto y la dimensión afectiva de nuestras relaciones con el entorno. Laura nos invitaba a validar nuestro sentir, nuestras emociones, la diversidad de cosmovisiones que pueden coexistir, a vivir la vida según lo que cada uno necesita.

Tuve el orgullo de colaborar en este proyecto y hasta hoy estoy halagada de que ella me haya invitado a ser co-fundadora de Chiritos y posteriormente de Crea.e.V. Organización que se formalizo para poder dar mayor trascendencia a este tipo de proyectos con intenciones de energía transformadora multidimensional #solidarity #commongood #health #regenerativegoals #innerpeace #unconditionallove.

Es mi deseo que Crea.e.V siga existiendo y creando.

La última vez que hablé con Laura fue algunos días antes de su inesperada partida. Esta vez, yo la solicitaba para que diéramos vida a una nueva idea. Ella aceptó.

Ya hablaré más tarde sobre las intenciones y objetivos de este proyecto que emerge no solo desde una motivación personal ligada a mí historia, sino que también nace cómo una manera de seguir honrando y transmitiendo las enseñanzas de mí querida Laura.

Durante esta última conversación y cómo era costumbre, nos contamos sobre nuestros sentires. Tuve la inmensa alegría de contarle cómo mí vida se ha transformado los últimos meses, gracias a todo un nuevo universo de conexiones humanas que se han desencadenado. Le conté cómo he descubierto y experimentado otra realidad del mundo profesional, en donde las frustraciones pasadas, esa enorme nube gris que me aplastaba el alma, ya no están presentes. Fue un gusto muy grande compartirle que lo que soñamos alguna vez cómo una añorada cultura profesional, sí existe y que está emergiendo poquito a poquito. Le pude confirmar que sí hay organizaciones sensibles a la dimensión afectiva y el desarrollo integral del ser humano.

Ella me respondió con toda la dulzura que la caracterizaba, que le daba una profunda alegría saberme feliz y que ella misma estaba muy feliz de ver cómo todo lo bueno que me está pasando actualmente es el fruto de mí transformación individual.

Esta conversación con Laura fue para mí una de las evidencias más concretas, en lo que me respecta personalmente, de lo que aprendí de ella. Respetarse a sí mismo, enfocarse en el proceso, acoger lo que emerge, RESPIRAR y amar incondicionalmente. De esta manera lo bello emerge, nos transformamos y logramos transformar el mundo, o al menos nuestro mundo.

Con todas las lágrimas que he derramado desde el 15 de enero y el recorrido de este trayecto para acompañarte hasta tu último refugio, hoy te saludo, te honro hermana mía y te digo hasta siempre. Nos sentimos en el corazón. Te amo, gracias.

Tu Anita

Laura Durán Gil

1988 – 2024

 

Positive.lighting

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